La posmodernidad

La producción literaria y cinematográfica actual es escandalosa. La cantidad de libros que se escriben –y publican-, y las películas que se filman supera en número las predicciones más optimistas. A las editoriales tradicionales tenemos que sumarles una infinidad de editoriales independientes que en cada país se hacen cargo de miles de textos que de otra manera no serían publicados, libros editados en formato digital, audiolibros, conforman la oferta que tiene cualquier lector de cualquier parte del mundo para enfrentarse a un texto literario. ¿Y qué hay respecto al tipo de literatura que circula actualmente? Con solo buscar un poco, tenemos al alcance de un clic de mouse aquella que más nos satisfaga. La producción es tan vasta que todos los estilos, géneros y temáticas se producen en simultáneo en alguna parte del mundo. Y si bien tenemos por cierto que cada día pareciera ser menos gente la que lee libros también es verdad que las librerías están atestadas de novedades, que las editoriales tradicionales no dejan de publicar, que las editoriales independientes nacen y se reproducen asombrosamente y que los talleres literarios explotan de escritores. Ante esa paradoja no podemos menos que detenernos un instante a reflexionar sobre el presente de la literatura. ¿Y qué nos deparará el futuro? ¿Cómo será la literatura del futuro?, y la pregunta más acuciante: ¿Habrá literatura en el futuro?.

Con respecto al cine, y por tratarse de un arte-industria indisociable de la tecnología, las posibilidades se multiplican: Salas en 3d, de realidad aumentada, inmersivas, televisores gigantes para ver películas sin salir de casa, dispositivos (tablets, celulares), plataformas estilo Netflix que nos ofrecen un menú incalculable de material audiovisual de distintos géneros (películas, series y documentales), la oferta es tan inabarcable como el tiempo del que seguramente no disponemos para poder verlo todo. Los nuevos cineastas graban sus películas en celulares, las exhiben en internet y en festivales independientes y las grandes productoras hacen lo que siempre hicieron: continuar con una industria que si bien tiene sus vaivenes satura el mercado con nuevas producciones de altos y bajos presupuestos y las reproduce y exhibe a través de todas las alternativas que la tecnología actual hace posibles. Al revés de lo que sucede con la literatura, cada día vemos más material narrativo audiovisual (películas, series, documentales, etc), y más allá de la forma en que lo hacemos, en salas, en casas, convivimos con pantallas que nos narran historias de manera interminable, como un bucle infinito que pareciera no tener fin. Y al igual que nos sucede con la literatura, nos surgen la misma pregunta: ¿Cómo será el cine del futuro?.

En este curso de cuatro clases, que realizaremos por medio de la plataforma zoom porque la idea no es tanto de exponer teorías sino invitar al debate y a la pregunta, intentaremos abordar estas cuestiones que resultan tan actuales porque reflejan el mundo en el que vivimos y las costumbres que de a poco hemos adquirido. La literatura y el cine contemporáneos nos devuelven el estado en el que estamos como civilización, con sus errores y con sus aciertos, pero siempre con esa pasión que tenemos por seguir produciendo y consumiendo arte, cultura y conocimiento.

Cronograma de clases: